Saludos
No os imagináis lo duro que es esto. Lo mucho que me tiemblan las manos y lo mucho que me hace llorar. Me cuesta respirar mientras escribo esto. Lo juro. Como me cuesta muchas veces estar en la consulta de la pediatra y ver los carteles donde se me deja bien claro todo aquello de lo que he privado a mi hijo por no darle el pecho. Cuando era una adolescente y me di cuenta que el pecho no me iba a crecer más, la verdad, es que lo pasé muy mal. No lloré como cuando abandoné la lactancia de mi hijo, pero lo pasé mal ¿Quién me iba a decir a mí que las peores críticas sobre mis tetas no iban a ser por su tamaño? Me esperaba un problema mayor. Me esperaba intentar y no conseguir dar el pecho. Mi hijo ya cumplió los cuatro años y escribo esto ahora porque me he dado cuenta que no voy a lograr escribirlo nunca sin temblar. Hace mucho, mucho tiempo, en la puerta de un ascensor de un centro comercial hicieron un comentario sobre lactancia y la otra madre que esperaba con el carrito se ech